Introducción al blog sobre Haití
04.04.2016 21:58Dese antes de comenzar a escribir el primer artículo del blog sobre este país les digo que mi primera intención es reclamar al mundo la ayuda científica para que sus habitantes puedan sobrevivir en las condiciones que tiene este pueblo. Se trata aquí de Haití, la que se nombra oficialmente la República de Haití (en criollo haitiano: Repiblik d’Ayiti; en francés: République d'Haïti). A lo largo del blog estaremos argumentando por qué la ayuda científica.
Es el país americano situado en la Isla La Española, la segunda por su tamaño de las Antillas Mayores, que comparte el territorio ial este con la República Dominicana ocupando la tercera parte de la misma. Al sur le queda el Mar Caribe y un estrecho lo separa de Cuba. Al norte se encuentra el océano Atlántico. Tiene varias islas bajo su jurisdicción, como Gonâve, la isla Tortuga, las islas Cayemites y las islas Vaches y muchos otros islotes. Reclama ante Estados Unidos a la isla Navaza que está deshabitada actualmente. Con una superficie de 27750 km2 tiene una población de un poco más de 10.5 millones de personas, según datos del 2014. Su población está en el orden de 270 personas por km2 pudiéndose considerar alta y problemática si se observan en conjunto con la destrucción de los suelos que ha causado una agricultura descontrolada y no previsora.
Haití es una república semipresidencialista desde la constitución de 1983 pero en realidad desde ese tiempo ha habido mucha violencia política en forma de golpes de estado que derrocaron presidentes y requirieron de la intervención de las Naciones Unidas. Desde hace un tiempo hay uno elegido bajo la observación y tutela de la comunidad internacional.
Haití es el país más pobre de toda América. Más del 80 % vive bajo el umbral de la pobreza. Dos tercios de la población vive de la agricultura y la pesca en un sector altamente difícil por la desvaloración de los suelos y a la vez la contaminación del mar por la desmedida cantidad de tierra recibida en tiempo record. Las siembras son en su mayoría de subsistencia (conucos) donde el haitiano ha aprendido a sacar el máximo en el mínimo de una parcela. Para colmo de males la isla ha sido azotada por ciclones tropicales en los últimos años y tuvo un fuerte terremoto en el 2010.
La industria es muy escasa, contándose con la textilera que representa su mayor exportación, pero genera muy poco para la gran masa poblacional. Las inversiones extranjeras son poco sostenidas por razones de la violencia e inseguridad. El país que se encuentra incluido en el Fondo Monetario Internacional y pertenece al programa del Banco Mundial para los Países en desarrollo, pero está altamente endeudado.
La Historia de Haití es sumamente interesante y contradictoria. Fue el primer país del mundo y el primer movimiento que liderado por esclavos tuviera una victoria estable y duradera. También fue el segundo país de América en independizarse y el primero de América Latina. Sin embargo, se formó un estado independiente el 1 de enero del 1804 que paradójicamente para los tiempos, el tamaño del país y los objetivos de la revolución carecía de lógica, según nuestro criterio: un imperio.
Los pobladores de este país hablan fundamentalmente el criollo haitiano que es lengua oficial junto con el francés. El criollo haitiano, también llamado patois, es hablado como lengua nativa por el 80 % de la población y sólo un 10 % habla el francés como primera lengua. Su lengua criolla, en algún momento llamada inmaculada, es modernísima por cuanto surgió en ese territorio como curso natural de las mezclas de diversos idiomas de África Subsahariana y del francés con alguna influencia del español.
En este momento Haití se encuentra en una tendencia a la expansión territorial debido a gran carga demográfica, su poca productividad de los suelos y las consecuencias económicas de estos asuntos. La emigración apunta hacia el estado vecino República Dominicana, que tiene su propia nacionalidad y con la cual han tenido guerras y diversos conflictos. En el país del lado este hay alarmas en algunos sectores de la población por tendencias de la política educacional de los haitianos donde no se reconoce al estado con el comparten la isla. De toda forma, alrededor de un millón de haitianos viven en el territorio dominicano ya sea con documentos o ilegales.
El asunto haitiano, tanto por el lado humanitario como por el económico requiere de mentes sensibles para ayudar a ese pueblo a levantarse y darle de comer a sus hijos en abundancia y evitar conflictos armado con República Dominicana que tan desastrosos han sido en los dos siglos aproximados de existencia de ambos países como independientes. Urge el llamado e Hipania va a pensar con la ayuda de los lectores en soluciones, si bien ninguna puede ser a corto plazo, tampoco debemos cruzarnos de brazos o estar encendiendo la hoguera de los choques, que pueden ser irresponsables, según se observa en ciertas tendencias, por parte de sectores poblacionales de ambas nacionalidades.
La comunidad internacional ha otorgado ayudas desde el terremoto de la capital, pero la administración de ella parece no haber sido eficiente y no se ha visto el necesario salto en el crecimiento. Tanto la agricultura como la industria deben crecer. La primera está marcada por la erosión de los suelos con verdaderos desiertos artificiales en algunos lugares. En ese momento se requieren de estudios serios, más bien comprometidos con las ciencias y con los más puros rincones del corazón humano que con la política, si no se quiere tener un desastre humanitario en nuestra América. Hipania se pronuncia por la urgencia. Haití y República Dominicana se merecen la paz. El crecimiento de la comprensión entre las dos naciones debe ser lento y no políticamente promovido porque la cultura no se puede administrar, sino, promoverse. Pretender una integración sin fundamento cultural entre las dos naciones es irresponsable, pero abandonar al pueblo de Haití que sufre la miseria de su auto devastación es inhumano.