La hispanidad de Hipania
Los tiempos han cambiado. La historia está ahí. Muchos han sido los que han defendido posturas sobre la hispanidad que son a los ojos de los tiempos de Internet algo más que tontas . La hispanidad de muchos intelectuales del siglo XX nada tiene que ver con la que defendemos en Hipania y aunque este nombre no se escogió por esas razones creemos que le viene bien, por lo menos simbólicamente para lo que que queremos representar. Mientras que el concepto defendía a Franco y luego a los generales y militarotes golpistas de América nuestra hispanidad de hoy habla de una cultura que se extiende por muchas tierras y mares y que no tiene límetes fronterizos exactos como resultado y como origen.
Hispanidad es para Hipania por su origen mucho más que España y mucho más que América. Primero, Hispania, o sea la palabra original fenicia identificaba a la penísula ibérica, donde numerosos pueblos, no solamente celtas, vivían antes de ser conquistados por los romanos. Segundo, no se puede tener una identificación cerrada de hispanidad con lengua española como se conoce al castellano, pues ¿Dónde dejaríamos entonces a las diversas lenguas, romances, que aún se hablan en el proopio reino español? ¿Acaso los gallegos, catalanes y otros no son hispanos? De esta manera la hispanidad podemos extenderla a los portugueses por que no vamos a considerar que hispanidad es España, no vamos a limitarnos.
La lenguas que se hablan hoy en la península ibérica son romances menos el euskera. Pero ¿podemos decir que los vazcos parlantes no pertenecen a la hispanidad? Primero, hispanidad es más que lengua. Segundo, la lengua vazca influyó en la conformación del castellano modernos y de otras lenguas cercanas al páis vazco actual que eran parte del territorio euskera hasta la Alta Edad Media. Decir que hispanidad es lengua castellana sería reconocer que la arabiria es hispanidad por cuanto los árabes permanecieron en el territorio que hoy conforma a España durante siete siglos aportando al español actual alrededor de siete mil palabras.
Con la salvedad del euskera las otras lenguas de la península ibérica son romances muy cercanos y hasta entendibles, por lo menos despacio. Por supuesto que el latín vulgar hizo mucho en la conformación de estas lenguas de ahí su nombre común. Entonces la hispanidad en terminos de lenguas, si nos acogiéramos a ella abarcaría la latinidad y con ello tendríamos que acoger dentro de ella a Italia y hasta a los franceses con su diversidad linguística unida artificialmente en el francés moderno creado por la Revolución, tan temprano como en el siglo XIX. Sin embargo, tenemos que reconocer que la hispanidad es un modo de ver las cosas que abarca fundamentalmente a los pueblos de la península ibérica y de América latina, con ciertos grupos pequeños, a veces no tan pequeños, en Africa y otros territorios lejanos. Incluso pudiéramos hasta llegar a una controversia si aún pueden considerarse como hispanos los que hablan ladino y si llegaramos a una respuesta negativa, entonces eso apoyaría más la idea de que no es la lengua la base o esencia de la hispanidad sino un conjunto de códigos con lo que se expresa lo común de diversas nacionalidades, cada una con su identidad y singularidad a la vez que con los rasgos que nos unen.
Hispanidad es para la latinidad algo así como argentinidad, cubanidad o colombianidad es para la hispanidad; una parte de ella. En la literaratura y en el arte en general podemos encontrar los elementos esenciales necesarios para su definición, corriendo el agradable peligro de que la hispanidad al extenderse por el amplio territorio de América se enriqueció y modernamente es mucho más que el contenido encerrado en la cárcel de algunos intelctuales del siglo XX que la cargaron de españolismo en un metanacionalismo absurdo.La hispanidad hay que separarla muy claramente de la nacionalidad, asunto bien definido para muchos de nuestros pueblos, donde los indicadores de diferencias son claros, digamos entre un argentino y un cubano, un mexicano y un venezolano, pero donde los elemento aglutinadores comunes son los que representan la hispanidad y permite una comunicación cultural que se levanta más allá de las normas del castellano en cada territorio o del portugués de Brasil o el mismo Portugal.