47 Esa noche agotó la reserva de vino

23.05.2016 21:43

Para Jesús Almansa de Altamirano lo que había hecho Pánfilo de Murcia era la peor de las ofensas a un ser humano. Por eso lo esperó en medio del trillo para cuando llegara con los trabajadores. Tenía a su lado al indio al quien había tratado con manteca las heridas terribles que él le había hecho. Cuando se acercó con la cuadrilla de hombres el astuto encomendero se dio cuenta de que tendría problema con su doctrinero. Por eso quiso tener ventajas:

–Seguramente que este indio después de dejar de trabajar como manda Su Majestad el Rey ha venido a meter chismes acerca de ese azote que le di para que no hiciera mal ejemplo entre los otros.

En su apuro por justificar el encomendero no se dio cuenta que todavía los indios y el doctrinero no se entendían ni en castellano ni en lengua indígena. El representante de la iglesia que hasta ahora había mostrado una paciencia enorme estaba al borde de la ira y tuvo que contenerse.

–Usted estuvo mucho tiempo esperando tener un doctrinero para que le fueran asignado estos indios en encomienda. Si usted quiere tener doctrinero pues no puede abusar de ellos o yo renuncio y llevo la queja al cabildo.

Pánfilo contuvo la rabia que estas palabras le provocaban y siguió silencioso su camino. Esa noche agotó la reserva de vino que había traído y probó del nuevo barril que había preparado con las frutas del lugar y lo encontró bueno.