José Ingenieros también nos guía en nuestro proyecto

05.05.2016 20:29

¿Ha leído usted a José Ingenieros? No era perfecto. Después de muchos años de mi primera lectura de adolescencia en la que me creí haber descubierto mi nicho de lucha por un mundo mejor me doy cuenta de que aún este grande médico argentino dedicado a cierto aspecto de la psicología social cometía errores. Pero, si tan siquiera una pequeña parte de la humanidad se propusiera escudriñar lo que de mensaje positivo nos dejó en uno de sus libros, El Hombre mediocre, por ejemplo, tendríamos más gente construyendo un verdadero mundo mejor. Aquí en el “norte revuelto y brutal” (José Martí) se habla de pensar fuera de la caja y eso está en José Ingenieros, aunque no sea explícito.

Pensar dentro de la caja es la mediocridad como concepto. Quedarte dentro de la caja es perpetuarte a ella sin considerar por qué la creación le hizo único e irrepetible, es decir singular. “El pensamiento colectivo es retrógrado” decía el nacido en Italia, pero crecido bajo la pura hispanidad de Argentina. Por eso Hipania busca personas que se salgan del ortoedro de cartón y empiecen a deambular con sus sueños en este sitio. No como zombis, sino como lámparas que emergiendo del túnel dan un poco de luz. Cualquier proyecto perdido en pueblos lejanos, desde el punto de observación de Hipania, puede emerger triunfante si se adhiere a este sitio promotor.

Nos preocupa la dicotomía en que la era moderna ha dividido a la humanidad, como si fuera una extensión de la división original entre el bien y el mal. Ahora somos o de izquierda o de derecha, conservador o republicano, capitalista o socialista, del norte o del sur, latinos o de otra parte… cualquier cosa menos esencialmente humanos. Tal dicotomía es artificiosa y por lo tanto mediocre. Se trata de simple pensamiento colectivo al cual además de José Ingenieros otros escritores modernos le han tirado sus piedras. En la izquierda hay gentes baratas, malas y crueles tanto como en la derecha. En el norte hay logros y retrocesos y en el sur no hemos hecho las cosas totalmente bien, aunque vivimos orgullosos de una naciobalidad llamada hispanidad que es una belleza de valores que afloran por aquí y por allá con artistas y obras, ingenieros y construcciones, escritores y libros que sólo quien haya olido los aromas de nuestra cultura puede serlo o lograrlo.

El genial escritor Miguel de Cervantes y Saavedra retrató el futuro con su Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. De ahí, de los caminos de la Mancha viene bastante de nuestra hispanidad.  Si en vez de seguirnos sumergiendo en la dicotomía pensamos en la idea primigenia de Heráclito de Éfeso de que todo se mueve, que no podemos bañarnos dos veces en un mismo río, entonces veremos que el Quijote sanchificó y Sancho se hizo quijotesco como evolución necesaria de la vida. Los que pensaban dentro del cajón quemaron los libros de caballería, pero el hidalgo   recreó el concepto y nos trajo una manera nueva de enderezar entuertos. Tomar partido es una de las maravillas morales del humano, pero ver las cosas unidimensionalmente es su principal fuente de tropiezo.

¿Por qué hay izquierda? Porque la derecha no satisface todas las expectativas racionales y alcanzables de nuestros pueblos ¿Por qué hay derecha? Porque la izquierda oportunista termina siempre en quitar derechos sagrados a los habitantes donde se ha hecho gobierno ¿Por qué tiene que llegar un oportunista hipócrita y criminal a darnos instrucción para todos, salud para todos y esto como moneda de cambio por la sagrada libertad de pensar? Porque los que se dicen santos, santos y rasgan las vestimentas también son hipócritas y robando los bienes del erario cometen el mismo crimen de manera solapada casi invisible para sus pueblos hasta que un día cansados se lanzan a la barricada enviados por los oportunistas de turno que han hecho hombros para posarse en ellos, según José Martí.

 En medio de este panorama real de “Nuestra América… del Bravo a la Patagonia” (José Martí) se alza Hipania pobre en moneda, pero no tímida para decir: Tenemos y podemos hacer algo por el bien común. No dividamos las cosas más allá del bien y del mal. Hagamos proyectos para nuestro crecimiento, pero comprometidos con el crecimiento social. No le pongamos colores políticos porque ya desde hace tiempo hay un color que no debe faltar que es el humano.

Hipania se niega a caer en divisiones que encajonan a los proyectos, porque no buscamos el financiamiento de los comprometidos con la política en una u otra región natural o ideológica. Nos gusta más hablar del sentido del arte, del sentido de la literatura, de la necesidad de crecer como seres humanos que de vender sueños de un mundo mejor si hacemos crecer a un hombre unidimensional. No hemos llegado a Internet a apoyar tomas de gobiernos o sostenimientos en el poder por más acertados que estos puedan ser o parecer. Estamos aquí buscando talentos que nos ayuden a aunar la hispanidad. No tiene Hipania ninguna vanidad de tribuno que llega para cambiar al mundo, pero sí que tiene el deber de dejar caer su grano de arena en la sagrada tierra de los pueblos latinos o donde ellos habiten o cohabiten con otros pueblos. 

 

A unos escasos días de la muerte en combate de un hombre justo que sufrió la mediocridad de otros en carne propia, José Martí, Hipania rinde homenaje en él a todos los grandes hombres como José Ingenieros, de la península Ibérica, de México a la Argentina y de las tierras lejanas como Filipinas, que han crecido en el caldo de la hispanidad y que por más que le han echado otros ingredientes mantienen su Quijote golpeando molinos de vientos por un mundo en progreso. Muchos patriotas y patrioteros piensan que la libertad se alcanza con la lucha valiente por la toma del poder y que con los gestos bélicos heroicos basta. La historia nos ha enseñado que eso no es verdad. Muchos pueblos después de desangrarse en guerras civiles se han visto frente de frente con dictadores cuando no tiranos. Su proyecto para nuestro sitio contribuye a la libertad en cuanto aporte de cultura para su terruño, porque, según el autor de los Versos sencillos “ser culto es el único modo de ser libre”.